Una de las preguntas más frecuentes que se hace la comunidad de San Alberto cuando ven cómo los problemas públicos no se resuelven y antes se ven agravados es ¿Dónde están los concejales?
Frente a un creciente descontento y un aumento de la desconfianza de la ciudadanía hacia sus instituciones políticas, y en este contexto la ausencia de una entidad como el Concejo no hace sino ahondar el escepticismo social.
Frente a una comunidad en abandono total por la administración municipal, el Concejo se destaca por su precario papel, pues ha sido incapaz de asumir el liderazgo político e incidir en la gestión de la situación social y económica por la que atraviesa el municipio.
Es necesario señalar que la débil gestión del Concejo no es algo nuevo, desde hace décadas se puede ver como esa institución viene debilitándose paulatinamente, con un papel político cada vez más frágil y con una labor de control a la administración local limitada, respondiendo más a intereses particulares que respondiendo a las necesidades sociales.
En este contexto las relaciones entre Concejo y gobierno municipal pasan por un juego de alianzas, pareciera que el interés de los concejales fuese el de integrar la coalición de gobierno para obtener beneficios clientelares, las labores de control político pasan a un segundo plano y la gestión misma del Concejo se ve debilitada en función de s subordinación a la administración municipal y a los acuerdos políticos, más que programáticos o de gestión, que han realizado.
En estas condiciones la comunidad ve como el papel de los concejales es nulo y ante las crecientes necesidades de la gente ven como el Concejo no logra incidir en la gestión de la administración municipal, ni a través del control político ni a través de procesos de concertación con el gobierno local.
Así que la ciudadanía se encuentra y terminará huérfana, sin el cuerpo político elegido para representar los intereses de la población. Así es que el Concejo es cada vez más un convidado de piedra en la discusión de los asuntos claves del municipio.
Frente a una situación económica y social muy difícil, la población no entiende la pasividad de los concejales y la falta de control político, de construcción de propuestas, de generación de consensos con la administración local para encontrar soluciones a los problemas públicos.
Es por esto que si se quiere un Concejo diferente se hace indispensable elegir distinto, conformar esa institución con otro perfil de integrantes y cambiar la entidad desde su interior, de lo contrario se mantendrá este estado de cosas, inútil y estéril para el municipio.
Así que sanalbertenses usted esta vez debe asumir la responsabilidad de votar más concienzudamente, con mayor juicio y cuidado, para evitar mantener la orfandad política y cívica que se tiene desde el Concejo.